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martes, 26 de julio de 2011

Liderar con persuasión, el arte invisible.

Imaginemos que en una reunión anunciáramos a los asistentes que los intentaremos persuadir para que hagan algo determinado. Es más que probable que muchos de ellos iniciarán un proceso de rechazo en relación a lo que empezaremos a exponer, posiblemente lo interpretarán como una manipulación. La línea que separa persuasión y manipulación parece inexistente y muchas veces (utilizando técnicas de Leonardo d'Vinci) realizada con "sfumato", en que no se puede saber dónde termina una y empieza la otra.

Por tanto en la persuasión siempre hay al menos una pequeña mentira, tiene que parecer que el proceso se inicia en los persuadidos y no en el persuasor, y ésta debe ser una de las habilidades del comunicador.

Los publicistas lo tienen claro, la razón no nos hace hacer nada, la razón sólo es un filtro de lo que podemos o no podemos hacer, lo que realmente nos hace mover se la emoción. La razón hará que no nos compremos el coche que más nos gusta porque no nos llega el dinero, pero no será la que decidirá que coche nos compramos, eso lo decidirá la emoción.